ABUELOS, NUESTROS HÉROES
- mamatribudoula
- 12 jul 2017
- 3 Min. de lectura
Hace ya días que le doy vueltas a este post. Ahora que es semana santa, que los niños no tienen colegio, y que muchos papás y mamás seguimos trabajando, y son ellos los que cuidan de nuestros hijos. Y no sólo esta semana, sino en muchos casos, como el mío, es cada día. Y creo que, como mínimo, se merecen un post a modo de homenaje.

En nuestro caso, tener a los abuelos dispuestos a ayudarnos ha sido una bendición. Y creo que nunca podré llegar a agradecerles lo que hacen por mis hijas, y por nosotros.
Cuando nació mi hija Emma, la mayor, mis padres ya estaban jubilados. Así que a mi vuelta al trabajo tras la baja maternal, eran ellos los que cuidaban de la niña hasta que yo volvía de trabajar. Mi madre venía a casa cada día a las seis y media de la mañana. Cuando la peque se despertaba, le daba el desayuno, la vestía y se iban para su casa. Y allí era mi padre el que le daba juerga y juego mientras mi madre hacía las cosas de casa.
Al entrar en la guardería al año siguiente, ellos seguían ayudándonos. Mi madre seguía viniendo cada mañana para que yo me fuera a trabajar, y ella se encargaba de levantar a la niña, prepararla y llevarla a la guardería. para, tres horas más tarde, recogerla, darle de comer y ponerla a dormir su siesta.
En esa época mi suegro aún no se había jubilado, pero un día a la semana venían a darle de comer y pasar la tarde con ella.
Al entrar Emma en el colegio, cambiamos horarios y yo pude hacerme cargo de ella por las mañanas y a la salida del colegio. Pero seguía necesitando a los abuelos para la hora de la comida. Y allí estaban ellos, dispuestos a colaborar en lo que fuera.
En verano, intentaban turnarse mis padres con mis suegros para cuidar a la niña. Y sino, siempre nos quedaba el casal.
Creo que es injusto exigirles nada cuando están cuidando de sus nietos de forma voluntaria, sin quejarse. Así que las vacaciones de los abuelos, son sagradas. Deben poder vivir su vida, con sus salidas, y su tiempo libre, que bastante han trabajado ya como para que ahora los esclavicemos cuidando a los nietos. Ojo, sé que lo hacen con todo el amor del mundo, pero debemos dejarles su espacio y no exigirles nada.
Cuando nació mi hija pequeña, coincidió con la jubilación de mi suegro. Y con la muerte de mi padre. Por lo que los tres volvieron a involucrarse en ayudarnos con las niñas. Se turnan los días de la semana y se coordinan entre ellos si tienen médico o tiene algún plan de ocio.
No puedo estar más orgullosa y más agradecida de los abuelos que tienen mis hijas. Y creo que ellos, como tantos otros en el mundo, se merecen un sentido homenaje, por todo lo que hacen.
Y lo mejor de todo es el legado que dejan en nuestros hijos. Los recuerdos con los que vivirán.
Yo adoraba a mi abuela Paquita, y la tengo muy presente a pesar de los diez años que han pasado desde que murió. Tengo miles de recuerdos de ella, siempre junto a mi, siempre dándome amor, dulzura… Cuidándome, aconsejándome, abrazándome…. Ella era una roca siempre presente en mi mar de aguas turbulentas, siempre dispuesta a rescatarme, a sostenerme, a tirar de mi.
Su recuerdo vivirá para siempre conmigo.
Y mis hijas quiero que tengan estos buenos recuerdos. Y gocen de todo lo bueno que aportan los abuelos. Que educan y malcrían a la vez.
Mi padre murió cuando mi hija mayor tenía siete años, y la pequeña estaba en camino. Emma, la mayor, lo disfrutó mucho esos siete años, y a día de hoy lo tiene muy presente y le habla a la peque de él. A veces hablamos, y me cuenta que le echa de menos, y no puedo evita emocionarme.
Pero a pesar de la inmensa tristeza que tengo de no tener a mi padre con nosotras, y de que mi hija pequeña no llegara a conocerlo, me siento feliz de ver que tienen a mi suegro que las mimas, las cuida y lo da todo por ellas, y logra suplir la ausencia de uno de los abuelos.
Por todo lo que llegan a hacer creo que se merecen un homenaje enorme, nunca jamás les podré agradecer todo lo que hacen. Que sería de nosotros sin ellos?
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