Cuando parecía que los días no avanzaban, cuando creía que no llegaría nunca ese día, cuando me desesperaba mirando el calendario… llegó por fin el gran día. Nos íbamos de vacaciones.
Hemos pasado quince días los cuatro juntos. Disfrutando del tiempo, ese que nos roba un poco la rutina del resto del año.
Han sido días de descanso, de relax. De respirar aire puro.

Días de desayunos los cuatro juntos, con calma, de estirar ese café mientras comentábamos el día anterior.
Han sido mañanas de andar descalzos sobre la hierba, de bañarnos en las aguas gélidas del río. De tumbarme bajo la alameda mientras respiraba profundamente mirando el cielo y las copas de los árboles.
Han sido días de risas, de largas conversaciones, de peleas entre hermanas, claro, eso no lo dudéis!
Días en que mis hijas han podido disfrutar de sus abuelos y sus bisabuelos, a los que han sacado sonrisas a tutiplén, a los que han hecho inmensamente felices tan solo con su presencia.
Han sido días de planteamientos, de recalcular rutas, de recargar las pilas, de coger fuerzas, de calmar cuerpo y mente, de sentirse bien, de volver a casa felices.
Porque si, ya hemos vuelto a casa.
Y la verdad, aunque he disfrutado muchísimo de las vacaciones, también me apetecía volver a casa, al hogar.
Aún nos quedan unos días de vacaciones en los que nos iremos adaptando nuevamente y volveremos poco a poco a coger unas rutinas diarias. En los que empezaremos a preparar la vuelta al colegio. Esto es algo no me estresa, con un poco de organización lo tendremos todo preparado y listo para el día 12.
Las niñas también necesitan un poco de rutina tras tanta anarquía vacacional. Un poco de orden para irse re situando.
La mayor tiene muchas ganas de ver a sus amigas, de empezar un nuevo curso.
Y la pequeña da el salto al colegio de los mayores. Está muy emocionada porque irá con su hermana al mismo colegio y además sabe que ya es mayor. No me preocupa en exceso su adaptación, porque estoy segura que será buena.
Por lo que, las vacaciones han sido maravillosas, con sus más y sus menos, que de todo se aprende. Y la vuelta a casa ha sido placentera.
He vuelto con ganas de empezar con un nuevo curso escolar, con una nueva rutina de horarios, con miles de nuevas experiencias y nuevos retos como madre.
Con mil ganas de seguir estudiando y avanzando en mi camino como Doula. De seguir aprendiendo.

Con muchas ganas de seguir acompañando a las mamás de mi grupo de Apoyo a la Maternidad LA TRIBU VIRTUAL
Con ideas que bullen en mi cabeza para seguir escribiendo en el blog.
Con nuevos propósitos, entre los que hay cambiar mi tono y mis “respuestas” ante algunas conductas de mis hijas. Y la de tomarme el deporte más en serio.
En definitiva, vuelvo con las pilas cargadas a tope dispuesta a comerme este nuevo curso!
Feliz con la maleta llena de recuerdos de buenos momentos vividos.
Y vosotros, ya estáis listo para empezar este curso?
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