DEL SECRETO DE LA NAVIDAD
- mamatribudoula
- 16 dic 2017
- 2 Min. de lectura
Cuando tu hija descubre quién son los reyes magos en realidad, y Papá Noel, y el ratoncito Pérez…
Mi hija mayor actualmente tiene nueve años y medio.
Hace ya un par de años que cuando se acercaba la navidad yo veía que me hacía preguntas sospechosas, y su padre y yo nos imaginamos que algo se olía ya.
Y el año pasado ya nos vino con la pregunta directamente. Por lo visto algún niño de la clase lo había comentado.
Claro, realmente te sabe muy mal que lo sepan. Es como dar un paso grande en su crecimiento, es perder un poco la inocencia de estos mágicos momentos.
Se que corren por la red varias cartas que simulan haber sido escritas por los tres reyes de Oriente, pero a mi hija estas cosas no le cuelan. Su cabeza da demasiadas vueltas, buscando porqués y lógicas a todo. Así que no podíamos inventarnos ninguna milonga para que continuara creyendo en la magia.
Así que se lo planteamos de la siguiente manera. Le contamos que los reyes magos de Oriente vivieron de verdad hace muchos años, y que evidentemente ya no vivían. Pero que a lo largo de la historia, todos los padres del mundo hemos querido seguir manteniendo su legado y su figura. Y la manera es esta, hacer creer a los niños que siguen existiendo.
También le dijimos que esto es un gran secreto que pasamos de padres a hijos en el momento adecuado. Y que ella ahora era poseedora de ese gran secreto, y de la gran responsabilidad que ello conlleva.
Ella, como siempre, nos sorprendió gratamente con su reacción. En vez de enfadarse, se sintió mayor y feliz de compartir este secreto con nosotros.
Obviamente hicimos mucho hincapié en la necesidad de guardar el secreto, y no desvelarlo, bajo ningún concepto, a nadie. Sólo podía hablar del tema con quienes ella supiera que eran poseedores del mismo secreto.
Lo ha aceptado tan bien que incluso es nuestra cómplice, de cara a su hermana pequeña. O guardando el secreto del regalo que me compró su padre para navidad, y que ella le acompañó a buscar.
Como ya sabéis, los catalanes tenemos la tradición del Tió, el tronco al que cada noche le ponemos pan, galletas y piel de mandarinas, y que por la mañana se lo ha comido todo.
la otra mañana, al levantarnos, a mi se me olvidó quitar la comida como si se la hubiera comido, y antes de que se levantara la peque, la mayor que lo vio, lo retiró y me guiñó un ojo de manera cómplice. Le sigue el juego a la peque, con el tema de papá Noel, de los reyes, de todo.
Es una guardiana del gran secreto de la navidad, maravillosa! Y aunque me dio mucha pena cuando se enteró, ahora lo vive de otra manera, pero mágica también.
Por supuesto, ella escribe su carta a los “reyes” y los regalos son sorpresa, hasta que los abre la mañana de navidad y del día de Reyes. Hay que seguir manteniendo la magia de estos días.
Y vosotros, como afrontasteis este momento en que hay que admitir la verdad del “engaño” de la Navidad? Y como se lo tomaron vuestros hijos?
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