En demasiadas ocasiones, el desconocimiento causa miedo e incluso rechazo.
Con el tema de las Doulas ha pasado en cierta manera esto, ya que el desconocimiento hacia lo que realmente hacemos, ha sido eclipsado de forma interesada por ciertos medios de comunicación sensacionalistas y por algunos colectivos de médicos y matronas que han sentido que las doulas pretendiamos ocupar su lugar, acusándonos de instrusismo.
La realidad es bien distinta, y la única manera de demostrarlo es hacer bien nuestro trabajo, y darlo a conocer. Enseñar a los escépticos cuál es la realidad de nuestra tarea, para que entonces, puedan juzgar y valorar con conocimiento de causa.
Por eso hoy os traigo el testimonio de Irene, de cómo rechazaba las prácticas de las doulas y de como, con conocimiento del tema, pudo valorar nuestro trabajo y cambio de opinión.
No voy a quitar ni añadir nada a su texto, porque mejor no lo podría haber explicado.
Incluso voy a respetar el título del post, hay que dar fin al mito. Grácias Irene por tus palabras.
(@reduniversaldedoulas)
Me considero una persona de mente abierta, de hecho me gusta comparar y compartir opiniones sobre temas que no controlo o conozco porque pienso que me ayudan a ser mejor persona.
Pero es cierto que hay algunos temas en los que no doy mi brazo a torcer, que me superan porque los considero engaños o gente mal intencionada. Eso es lo que me ocurría con el tema de las doulas.
Oí hablar de ellas por primera vez después de dar a luz a mí primera hija, teniendo bastantes problemas con la lactancia y con problemas de salud derivados del parto.
Maltratada por los profesionales médicos, conocí un grupo de lactancia que, la verdad sea dicha, me ayudó mucho a superar mi malestar a pesar que no pudieron ni ayudarme a establecer una lactancia ni recuperar mi suelo pélvico.
Una de las componentes del grupo nos comentó que había estado considerando contratar los servicios de una doula y yo que desconocía el tema, pregunté que qué era eso. Me contó que se suponía que es alguien que te acompaña y ayuda durante el embarazo, parto y lactancia pero que la que ella contactó era partidaria de que pariera en casa si o si y le decía cosas muy holisticas que a mí me sonaron a cuento chino.
Ahí quedó la cosa hasta que vi el famoso reportaje de Tele5 y me formé la idea de que eran vendehumos que no merecía la pena conocer, igual que los homeópatas.
Que equivocada estaba!
Porque años después llegó a mi vida, de rebote y por los azares del destino y de la maravilla moderna de las RRSS la que me sacó, no solo de mi error, sino que me demostró que mi maltrato podía bien haber sido evitado solo con haber confiado un poco más en mi misma.
Yolanda es de esas personas que la conoces y ya te cae bien, tiene una forma de empatizar y comprender a quien tiene al otro lado que de verdad dan ganas de no perderla nunca. Cuando me la presentaron bien es cierto que desconfíe un poco, pensando que era una inocentona a la que habían tomado el pelo con el tema de las doulas. Pero otra vez me calló la boca cuando nos plantamos seriamente y me contó de que iba todo eso.
Me contó lo mucho que estudiaba y leía, no sólo temas de maternidad, sino también psicología, lactancia y salud general; me impresionó mucho los conocimientos que tenía sobre embarazo, parto y puerperio, lo fácil que era hablar con ella y como respetaba tus opiniones aunque no las compartiera; como investigaba cada duda que surgía en la conversación y como recalcaba, una y otra vez, que ella no era personal sanitario, que no intervenía nunca en ese tema más que para emponderar la mamá en que se respetará su decisión, siempre dentro de lo razonable, y como explicaba que ella era solo una persona para hacerte todo más fácil.
Se que muchas personas piensan que ese trabajo también lo puede hacer tu madre, tú hermana o tu vecina, pero no es verdad, porque ellas no solo sesgan la información debido a su experiencia, sino que encima te crearán más dudas si las ideas son contrarias a las tuyas. Ni tu madre ni tu mejor amiga te pueden explicar la mejor forma de elaborar tu plan de parto (si esque saben que es eso) porque no poseen la información total para poder saber que opciones hay. Y no, tú sola tampoco es posible hacerlo, no solo porque muchas veces los profesionales médicos tienen el tiempo contado en consulta y es difícil comentar todas tus dudas y porque además, no las tienes las 24 horas del día, más bien unos pocos minutos cada X meses, sino porque lo que vayas a buscar será vía Internet, tocará cribar la información, no tienes la seguridad de que sea veraz y, sobre todo, las hormonas y el embarazo en sí, no ayudan en nada estar centrada en el tema.
Hay mucho profesionales que están en contra de ellas, que las llaman intrusas o estafadoras, pero realmente son un complemento más para ayudar a las madres, en estos tiempos locos y cada vez más deshumanizados. Y si cobran su trabajo no es por estafa, es que es su profesión, igual que cuando contratas los servicios de un gestor o asesor financiero, un corredor de seguros o un profesional de una rama que se escapa a tus conocimientos.
Así que si, a día de hoy me arrepiento de haber pensado mal sobre ellas, de haberme creído a esas que si que están un poco “pa allá” llamándose doulas cuando no lo son y, que como pasa en muchos temas, como son las que más ruido meten, hacen creer que son todas así.
Os recomiendo leer a Yolanda, conocerla y preguntarla, tal vez vosotr@s también cambieis de opinión y podamos dejar de oír cosas como “violencia obstetrica”, lactancias frustrantes o mala praxis neonatal.
Si desas más información sobre mi trabajo como Doula pásate por mi página web:
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