LA FEROZ COMPETENCIA MATERNAL

Hace un año y medio aproximadamente, entré, tímidamente, en el mundo de la blogosfera maternal. Abrí mi blog y cree cuentas vinculadas a él en Instagram, Twitter y Facebook.

Empecé, como con todo, cargada de ilusión. Con muchas ganas de escribir, de compartir, de conocer gente.

Pero no soy novata en esto de las rrss. Hace tiempo ya que abrí mi primera cuenta de tw. Sin saber donde me metía.

Y actué allí como hago en mi vida real. Sin máscaras, de cara siempre.

La hostia que me metí fue descomunal.

Me encontré de repente, que gente con la que ineractuaba de buen rollo, cojía cosas que yo había contado de mi, les daba la vuelta, y las utilizaba en mi contra. Además de arrastrar a más gente en esa cruzada contra mi.

Me encontré con tias que les daba un morbo increíble meterse en medio de parejas que no escondiamos que lo eramos, que sabían que “X” era mi pareja y se dedicaron a mandar mensajes privados.

Me encontré con tanta mierda que decidí cerrar mi cuenta.

Al volver al mundo de las rrss tras abrir el blog, decidí ir con más cautela. Es inevitable, te vuelves desconfiada.

Y así, desde la barrera, he sido espectadora de grandes trifulcas, traiciones, indirectas, pseudomenciones, grupos que se dedican a despellejar a quién no comulga con ellos o simplemente no les lame el culo.

Sorprendida, veo cuanta competencia hay en el mundo de la blogosfera maternal. Lo que es capaz de hacer alguien por conseguir algún seguidor más. Lo poco que les importa a algunos pisotear al pequeño,con tal de subir en los rankings.

Y veces me pregunto en que mundo me he metido.

Pero en realidad no estoy en este mundo. No vivo de mi blog ni pretendo hacerlo. No me importa si fulanita o menganita tiene más seguidores que yo.

Me gusta quedarme con lo bueno de la vida.

Y en la blogosfera maternal no va a ser diferente.

He conocido gente buenísima, blogueras a las que me encanta leer. Otras con las que quizás no compartimos la mism opinión, pero podemos debatirlo con humor y respeto. He conocido gente muy auténtica, sin importar la cantidad de seguidores que tienen. Gente que no pisa ni mira por encima del hombro a los blogs pequeños, los que somos humildes, los que nos aspiramos a ninguna divinidad.

A los demás, los dejo en el extraradio de mi mundo.

No pienso entrar en competencia con nadie. No voy a entrar en guerras de blogs, de maternidad, ni nada por el estilo.

Ya que me parece muy triste esta competencia. En mi inegnuidad, pienso que lo bueno de este mundo es conocer gente que hace lo mismo que tu, gente que nos ayudamos, que compartimos ideales, que en vez de ponernos piedras unas a otras, nos ayudamos y colaboramos.

Seguiré en mi línea. Seguiré con mi blog, tan pequeño, tan personal, tan mío, tan auténtico.

Seguiré interactuando con tanta y tanta gente hermosa que se han cruzado en mi camino.

Seguiré colgando las fotos que me plazcan, opinando sobre lo que apetezca. Sin esconderme. Sin seguir las modas. Sin apuntarme al barco de los divinos.

Seguiré sin pisar a nadie. No estoy por encima de nadie. Me gusta estar al lado de la gente.

La competencia feroz e inhumana entre bloguers la seguiré mirando desde la barrera, perpleja ante tanta maldad, ante tanta envidia. Porque creo que en este mundo hay muchísima envidia. Si en vez de envidiar el éxito ajeno, algunos se dedicaran a escribir de forma honesta, les iría mucho mejor.

Que opináis de esta guerra de egos blogueros?