Porque el puerperio y la soledad ni pueden ni deben ir de la mano.
Cuando nació mi hija pequeña, entré de lleno en un puerperio que se podía plantear ciertamente complicado. Por un lado, la inmensa felicidad del nacimiento de mi segunda hija, tras cuatro pérdidas gestacionales. Y por otro lado, el terrible dolor que me producía el haber perdido a mi padre hacía tan sólo dos meses.
Era tal la mezcla de emociones que me faltaban herramientas para poder gestionarlas.
(imagen Infosalus)
Un día, una persona muy cercana a mi me sugirió escribir sobre ello para poder sacar todo lo que llevaba dentro y que me estaba martirizando.
Y así fue como nació mi primer blog. Un blog en el que me desahogaba de mis sentimientos, en el que abría mi corazón para limpiarlo y poder avanzar en mi camino.
Al poco tiempo de tener el blog, asistí a una charla de Miriam Tirado, sobre la gestión de emociones en nuestros hijos. Desde ese día me “enamoré” de Miriam, de su manera de enfocar los temas de la maternidad con cariño, con respeto, y con humor.
Además, esa charla se hizo en un sitio muy pequeño, eras pocas mujeres, lo que implicaba una charla más íntima, más de tu a tu.
Ese día había una chica que vino con su bebé, tendría unos tres o cuatro meses. La chica nos explicó que vivía con su pareja y su suegra. Y a pesar de ello, se sentía sola, tremendamente sola. Se pasaba horas sola con el bebé, no salía a la calle, no hablaba con nadie, y la maternidad se le empezaba a hacer bola, a hacer un mundo. Su historia, y sus lágrimas me impactaron muchísimo.
Pensé cuán injusto es que una mujer que acaba de ser madre se sienta sola. Y comprendí la importancia vital de tener tu tribu.
En ese momento se gestó la idea de este blog, Mamá Tribu.
El puerperio es una etapa de la vida de una mujer que es especialmente potente. Potente poc maravillosa, pero también potente por su dureza.
Me encanta esa frase de que Cuando nace un bebé, nace una madre y en muchas ocasiones nos olvidamos de ella. Nos preocupamos de que el bebé esté boen alimentado, esté calentito, de que todo vaya perfectamente. Pero y la madre? Ni podemos ni debemos olvidarnos de ella, ya que si ella no está bien, no va a poder cuidar de su bebé.
Y no me refiero sólo al cuidado físico. Sobretodo al mental, al anímico.
Parece que una madre que acaba de dar a luz, tenga que amar a su hijo desde el momento uno, estar feliz y radiante, y sentirse pletórica.
Pero la realidad no es así. La realidad es que una madre puerpera se siente sola, se siente insegura, tiene altibajos emocionales producidos por las alteraciones hormonales. Tiene miedos. Llora, y se frustra. Y si se le pregunta si está bien, muchas veces se sienten en la obligación de decir que si, que está bien, porque quizás no será bien visto que diga que está mal. Como va a estar mal si caba de ser mamá?
Pues si, puede estar mal, percisamente por eso.
Aquí viene la importancia de que esa mujer puerpera no se sienta sola, sepa que está arropada y apoyada, que sus emociones son respetadas y entendidas. Y que sienta que puede pedir ayuda sin sentimiento de culpa.
Porque la culpa es otra de las enemistades del postparto.
Como y donde puede encontrar su tribu?
En su grupo de amigas que vayan a ser mamás o ya lo sean.
En la familia, apoyo incondicional de la familia, estando, pero sin estar, sin agobiar.
En grupos de apoyo presenciales, donde se encontrá con mujeres que al igual que ella, acaban de ser mamás. Y que se sienten igual que ella, que tienen los mismos miedos, las mismas dudas, las mismas emociones, en mayor o menor grado. Poder contar con el apoyo y el arrope de un grupo es fundamental, para el bienestar de esa madre. El poder consultar, poder compartir experiencias, poder desahogarse libremente, es algo que esa madre necesita.
Si no encuentra un grupo de apoyo presencial cercano, siempre puede buscar en internet, hay cientos de ellos, donde se encontrará apoyada y comprendida.
Como véis, no podemos olvidarnos de las necesidades de la madre.
Una mamá puerpera bien acompañada, tiene muchas menos probabilidades de sufrir depresiones post parto, con todas las consequencias negativas que ello conlleva.
Cuidad de esa madre, y proporcionadle ayuda, cariño, comprensión, sustento y compañía.
Recordad sólo un dato. Antiguamente un hijo era criado por su madre, pero las demás mujeres de su tribu, de su comunidad, participaban en esa crianza, de diferentes maneras. Esas madres nunca estaban solas. Y ahora, en la sociedad en la que vivimos, hemos olvidado aquellas raíces, nos hemos vuelto más individuialitas, y hemos roto los lazos con otras mujeres. Todo esto lo único que conlleva es a la soledad de la madre.
Si vas a ser madre, o hace poco que ha nacido tu bebé, te sientes un poco sola, o algo pérdida, escríbeme, tengo un grupo de apoyo a la maternidad de WhatsApp, donde encontrarás otras mujeres que están igual que tu o que han pasado por ello, donde reír, desahogarnos, solventar miedos y dudas, llorar…
Te esperamos!!