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MI DIABETES GESTACIONAL

Foto del escritor: mamatribudoulamamatribudoula

Cuando decidí quedarme embarazada, sabía que tenía todos los números de la rifa para padecer diabetes.


Mi madre la tubo durante sus embarazos, y mi padre lo era. Así que pensé que yo no me escapaba.

El embarazo de mi hija mayor estubo el tema más o menos a ralla. En cada analítica veían mi azúcar haciendo de las suyas, así que me tocó “comerme” varias curvas largas. Los resultados salían rozando el límite, por lo que me ponían a dieta. Una buena alimentación y un poco de ejercicio adecuado a mi estado. Primero iba a natación, me encantaba flotar en el agua, y lo combinaba con la piscina de chorros, para relajarme. Y también salía a andar un rato por las tardes, mientras hcia tiempo para que llegara el padre de la criatura.

Así pasamos ese primer embarazo. Con las broncas de la comadrona, porque según ella ganaba demasiado peso. Yo creo que no era asi ya que al final fueron 11kilos en total.

En el embarazo de mi hija pequeña la cosa se toció desde el principio. A mis antecedentes le sumábamos la edad, y el sobrepeso. Así que la diabetes hizo su aparición estelar y ya no me abandonó en todo el embarazo.

Así que me derivaron al endocrino. Y junto con otras embarazadas, accedimos a entrar en una prueba piloto. Esta consistía en mandar mediante un programa que debiamos instalar en el ordenador, todos los datos diarios de nuestro azúcar. Nos pinchabamos 4 o 5 veces al día y los resultados de nuestro azúcar en sangre se mandaban al hospital. En un rato te mandaban un sms de conformidad. Y debias seguir con tu dieta y tu ejercicio. Pero aunque era novedoso y muy cómodo, yo no pude disfrutar de este proyecto. Mi azúcar iba a la suya, y se me descontrolaba por completo. Así que tube que dejar el programa y presentarme tres veces a la semana en el endocrino. Les llevaba todos los datos que yo anotaba cada vez que me punchaba. Y lo valoraban. Me incrementaban la cantidad de insulina que debia inyectarme. Pero algo no iba bien. Estaba descontrolado el tema por completo, yo perdía peso y eso les preocupaba. La niña estaba bien, pero yo no. Era incapaz de acabarme la comida que me recomendaban, no podía hacer ejercicio moderado porque al morir mi padre empecé a tener contracciones y claro, no querían que me pusiera de parto antes de tiempo.

Así que los endocrinos y el personal de ginecología que me llevaban el embarazo se reunieron y tras valorar mi caso decidieron proponerme la inducción al parto. Mi salud les preocupaba y la niña estaba completamente formada y con un buen peso.

Y así fue como me indujeron el parto en la semana 37.

La diabetes gestacional suele desaparecer tras el parto, pero las que la hemos padecido, debemos cuidarnos porque tenemos más riesgo de padecer la diabetes tipo 2 en un futuro.


Lo mejor es una dieta saludable, y ejercicio moderado.

 
 
 

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