MI PRIMERA CARRERA

Hace poco más de un año, mi pareja empezó a correr.

Durante todo este tiempo he sido expectadora de su evolución. He visto su tesón y su fuerza de voluntad. Una fuerza que le ha llevado a ir ganando y mejorando distancias y tiempos.

Cuando se apuntó a su primera carrera escojió una de 10 km. Y en la meta estábamos las niñas y yo esperándolo. Emocionadas ante los logros que él había conseguido.

Cuando lo ví cruzar la meta, con esa cara que denotaba el esfuerzo y la gran satisfacción de haberlo logrado, pensé, yo quiero sentir eso!

Pero yo misma me dije que no podría sentirlo nunca.

Mientras él salía a correr y a entrenar, yo encontraba excusas para no hacerlo. El cansancio, el dolor de cabeza, la lluvia, cualquiera me valía porque a mi, realmente, me daba una pereza horrible salir y encima pensaba que era lo más aburrido del mundo.

Claro, con esa actitud no iba a avanzar nunca.

Hace poco nos compramos una báscula para el baño. Y cuando me pesé se me vino el mundo encima. No me gustaba lo que veía, y encima mi azúcar estaba rozando el límite. Así que me dije que esa era mi motivación, tener salud y bajar algo de peso, para poder sentirme mejor en todos los aspectos.

Empecé saliendo a hacer 2 km. Y procuré cojer una constancia. Dos o tres días a la semana. Han habido semanas en que no me era posible. Pero he luchado contra mi pereza para no dejarme llevar por ella.

He ido aumentando kilometros, a mi ritmo. Soy consciente que tengo sobrepeso y estoy en baja forma así que no he querido hacer animaladas. Poco a poco.

Y hace unos días mi pareja me animó a apuntarme a una carrera. Sinceramente pensé que era una locura y que no sería capaz de acabar una carrera. Pero aún así me apunté. 5 km. Estos días previos he estado cada vez más nerviosa y he dudado mucho de mis posibilidades. Pero tener alguien a tu lado que cree en ti ayuda, y mucho.

Hoy ha sido el gran día.

Han sido 5 km duros, me ha costado mucho hacerlos. En el recorrido había dos subidas con bastante pendiente y he tenido que hacerlas andando porque corriendo me era imposible.

Pero no me iba a rendir, quería acabar la carrera si o si.

Durante todo el recorrido me he encontrado con mucha gente que nos animaba, nos aplaudia. Miraban los dorsales y te llamaban por tu nombre. Dando animos, dando fuerza. Los mismo corredores que me adelantaban me daban ánimos. Ha sido increible sentirme animada por la gente.

Cuando pensaba que ya no podía más, que estaba agotada, me he acordado de que en la meta estaban mis hijas, mi pareja y mi hermana esperándome. Y eso me ha dado el último empujón.

Tenía a pocos metros la meta, la veía ahí delante mío, y una sensación me ha recorrido todo el cuerpo. Me ha dado la energía para llegar.

El speaker me ha chocado la mano: vamos Yolanda!!

Y al cruzar la meta, he empezado a llorar. De felicidad, de emoción, de satisfacción. Allí estaba mi familia esperándome. Y allí estaba yo, cruzando la meta.

Lo he logrado! He corrido mis primeros 5 km.

Yo, que con mis kilos de más, mi baja forma y mi escasa autoestima, que no me sentía capaz, lo he hecho.

Me siento con ganas de seguir avanzando.

Ahora se que lo que me proponga, puedo conseguirlo, con ganas, ilusión y fuerza de voluntad.