Ese es el ideal de educación con nuestros hijos. Pero no siempre es así.
Estos días hay un debate intenso en twitter por un post en que se hablaba de ello, y a su autora la han crucificado. Y creo que no es justo el avasallamiento al que la han sometido. Ni las palabras que le han dicho. Ni es justo que se hable de ella sin darle opción a réplica.
Vamos a ver. Cuando nos convertimos en padres, debemos aprender muchísimas cosas. Unas nos salen solas, por el instinto. Y otras las llevamos a cuestas, debido a como nos han educado a nosotros. En algunos casos valoraremos positivamente lo aprendido con nuestros padres y actuaremos de forma similar, y en otros estaremos en contra y actuaremos de forma diferente. Es todo un proceso de aprendizaje diario. Nunca se aprende del todo, y menos en cuanto a hijos y educación se refiere.
Como siempre digo, en mi blog expreso mi opinión y me baso siempre en mi experiencia personal.
A mi me educaron con más de un cachete. Quizás alguno más de la cuenta. Y aunque no tengo ningún trauma infantil, si que reconozco que no me gustó y es algo que no quiero aplicar con mis hijas.
Pero, una cosa es la teoria y la otra muy distinta la practica. El día a día es estresante, y ellos, nuestros peques, a veces nos llevan hasta el límite de nuestra paciencia. Y lo sobrepasan. Y es entonces cuando yo, lo reconozco, le he dado algún cachete. Y grito. Es cierto. Soy humana y me equivoco.
Lo se, no es lo correcto. Pero YO NO MALTRATO A MIS HIJAS. Y como veo mis fallos estoy trabajando mucho en mi para aprender a controlarme, entender que la adulta soy yo, y esto a veces se nos olvida. Tengo que aprender que ellos son niños y que ante determinadas situaciones hay que cojer mucho aire y respirar profundo. Estoy trabajando mi paciencia, mi aguante, mi saber estar… todo para no perder los papeles cuando los nervios estén a punto de hacerme explotar. Y se que lo conseguiré. Ya lo he dejado muy claro, cuando le he dado un cachete después me he sentido fatal, y al rato he ido a hablar con mi hija. Creo que es importante, que ya que me he equivocado, saber pedir perdón.
Que quiero decir con todo esto? Que no podemos lapidar a nadie por dar su opinión, estemos deacuerdo o no. Siempre hay que respetar criterios distintos. Ya que estamos hablando de algo muy serio. Un niño maltratado, y esto lo hablé ayer con una amiga que es maestra de infantil, es aquél que no solo recibe palizas continuas, también lo es el niño al que los padres ignoran por completo, esto es un tipo de maltrato, silencioso y que en ocasiones no somos conscientes de que algún niño lo esté sufriendo.
Todos los padres y madres “normales” queremos lo mejos para nuestros hijos. E intentamos cada día darles el máximo de amor en abrazos, besos y palabras cariñosas. Y queremos además darles la mejor educación. Con normas y límites, que son muy necesarios. Educar con apego es lo ideal. Pero como somos humanos, nos equivocamos. Y lo importante es verlo y rectificar.
Creo que este tema se ha ido bastante de las manos. Y quién este libre de culpa que tire la primera piedra. No seré yo.
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